La
coordinación motora fina es toda aquella acción que compromete el uso de las
partes finas del cuerpo: manos, pies y dedos. Se refiere más a las destrezas
que se tienen con dichas partes en forma individual.
La coordinación viso motriz es parte de la
motricidad fina, en ella
se consideran habilidades como dirección, puntería y precisión. Entre algunas
actividades tenemos rasgar, enhebrar, lanzar, patear, hacer rodar, etc.
Habilidades
de motricidad fina
La
motricidad fina influye movimientos controlados y deliberados que requieren el
desarrollo muscular y la madurez del sistema nervioso central. Aunque los
recién nacidos pueden mover sus manos y brazos, estos movimientos son el
reflejo de que su cuerpo no controla conscientemente sus movimientos. El
desarrollo de la motricidad fina es decisivo para la habilidad de
experimentación y aprendizaje sobre su entorno, secuentemente, juega un papel
central en el aumento de la inteligencia.
Así como la
motricidad gruesa, las habilidades de motricidad fina se desarrollan en un
orden progresivo.
Desarrollo de la
Motricidad Fina
La
estimulación de la motricidad fina (músculo de la mano) es fundamental antes
del aprendizaje de la lecto- escritura. Si analizamos que la escritura requiere
de una coordinación y entrenamiento motriz de las manos, nos damos cuenta que
es de suma importancia que la docente realice una serie de ejercicios,
secuenciales en complejidad, para lograr el dominio y destreza de los músculos
finos de dedos y manos.
Un buen
desarrollo de esa destreza se reflejará cuando el niño comience a manejar los
signos gráficos con movimientos armónicos y uniformes de su mano en la hoja de
cuaderno.